"Su voz tenía fuerza, alma... y algo más: un pedazo del corazón dominicano."
Rubby Pérez, nacido como Roberto Antonio Pérez Herrera, fue mucho más que un cantante. Fue una leyenda del merengue, un ícono de la música tropical, y un símbolo de perseverancia y superación para todo un país.
Su historia comenzó marcada por un accidente que lo dejó con una discapacidad motora, pero eso nunca detuvo su espíritu. Al contrario, lo impulsó a conquistar los escenarios más grandes del mundo con una voz que estremecía.
Saltó a la fama junto a Wilfrido Vargas, siendo la voz de clásicos inolvidables. Luego, como solista, grabó éxitos que hoy forman parte del alma dominicana: “Volveré”, “Enamorado de Ella”, “Buscando tus besos” y tantos otros que todavía hacen vibrar fiestas, corazones y memorias.
Rubby representó a la República Dominicana en festivales internacionales, recibió premios, reconocimientos, y sobre todo, el amor incondicional de su pueblo.
Cantó al amor, al dolor, a la alegría… y siempre con pasión.
Hoy, su partida deja un vacío inmenso. Pero también una huella imborrable. Porque Rubby Pérez no fue solo un artista. Fue el eco de un país que baila, sueña y ama a ritmo de merengue.