En Bahía Blanca, una comunidad devastada por una reciente inundación se une para ayudar a los afectados. Carlos, uno de los damnificados, reconstruye su hogar con donaciones de vecinos y fundaciones, ya que su casa quedó partida por la mitad. Mientras tanto, el apoyo gubernamental es escaso y burocrático. La historia destaca la solidaridad local frente a la ineficacia estatal en situaciones de emergencia. Las donaciones incluyen materiales de construcción y artículos esenciales, mostrando cómo la comunidad se moviliza para suplir las carencias oficiales.