Un partido amistoso entre policías en Buenos Aires se convirtió en un escenario de violencia cuando barras bravas del club Vélez Sarsfield irrumpieron para atacar a los oficiales. El incidente comenzó por un jugador con pantalón de Peñarol, desatando una pelea que involucró armas reglamentarias y amenazas directas. Patricia Bullrich condenó el acto, asegurando medidas estrictas contra los involucrados. Jonathan Pereira, figura central del ataque, fue detenido junto a otros 13 miembros de la barra. La justicia determinará su futuro mientras se refuerzan las medidas para evitar que vuelvan a ingresar a estadios.