En Argentina ya no hay levantamientos militares, sino de hinchas de fútbol. Al menos de eso está convencido el Gobierno de Javier Milei, que un día después de una violenta marcha de jubilados celebrada frente al Congreso el miércoles denunció “una especie de golpe de Estado” perpetrado, dijo, por “barrabravas” apoyados por el peronisno kirchnerista.