El Papa Francisco, de 88 años, continúa internado en el hospital Gemelli de Roma, mostrando signos positivos de recuperación tras su octava noche.
A pesar de su condición complicada, los médicos aseguran que no corre peligro inminente.
El Pontífice sigue activo y lúcido, firmando documentos y manteniendo sus actividades desde la suite papal. Desmiente rumores sobre una posible renuncia y reafirma su compromiso con el papado mientras el Vaticano combate las fake news sobre su salud.