Las Palmas llega tras una horrenda racha de los últimos partidos, que ha metido al equipo en problemas de descenso, ya que comienza el fin de semana por encima de los tres últimos, sólo en virtud de la diferencia de goles, después de perder cinco de sus últimos seis partidos de Liga (E1). El técnico Diego Martínez sabrá dónde tiene que centrar su atención en el campo de entrenamiento, ya que los goles anotados en cada uno de esos seis partidos demuestran que su defensa les está fallando.
La afición del Estadio Gran Canaria ansía un resultado positivo, y recibir al poderoso Barcelona normalmente infundiría miedo en sus corazones, pero los canarios dirigidos por Martínez han ganado tres de sus últimos cuatro partidos de Liga contra rivales catalanes (P1). Uno de esos triunfos se produjo en el partido de vuelta, cuando Las Palmas desafió a los pronósticos y se marchó del Estadi Olímpic Lluís Companys con una victoria por 2-1 en noviembre, lo que le brindó la oportunidad de conseguir el primer doblete de su historia en la máxima categoría contra el Barcelona.
El Barça está en plena forma para hacer añicos esos sueños, ya que se mantiene invicto en sus 12 últimos partidos oficiales (G10, E2), una racha que incluye cuatro victorias consecutivas en la Liga para recuperar el liderato antes de esta jornada. Si a eso le añadimos sus aspiraciones de vengar su derrota ante Las Palmas a principios de temporada, un equipo contra el que no había perdido en 15 partidos en todas las competiciones antes de esta campaña (G12, E3), el Barça parece un rival temible.
Los hombres de Hansi Flick también se han mostrado implacables a domicilio recientemente, invictos en sus últimos 11 partidos disputados lejos del Estadi Olímpic Lluís Companys (G8, E3). Su éxito a domicilio se debe en gran medida a su acierto goleador, que les ha llevado a marcar nada menos que 38 goles en esos 11 partidos, con una media de 3,45 goles por encuentro.