Mario Casas (A Coruña, 1986) está rodando una peli en la que hace de franquista y lleva un bigotillo cuando menos complicado, pero lo defiende con dignidad. Poca sorpresa. Pide un café, se sienta sonriente y, pese a que quedan trazas de timidez, habla con una calma y una seguridad que demuestran lo lejos que ha llegado en una carrera que estuvo bajo sospecha mucho más tiempo del razonable. Ya no. Un Goya, un protagonista tras otro y el debut como director han fulminado los clichés y le han convencido de volver a aceptar un rol de galán romántico clásico, con raya a un lado y todo, en ‘El secreto del orfebre’, que se estrena el 28 de febrero.