En una profesión dominada aún por hombres, las mujeres, poco a poco, se están abriendopaso en el mundo del arbitraje. Este es el caso de Noa Reguera, una joven de 14 años que debutará después de meses de formación. Será linier en la Ciudad Deportiva RafaelGordillo. En este día tan especial para ella, no estará sola porque su hermano Jaime laacompañará en el campo como árbitro principal.Su padre tiene claro que, para ambos hermanos, el arbitraje es una pasión que requiereesfuerzo y carácter para enfrentarse a las críticas que conlleva ese mundo, especialmentepara Noa, que cuenta con una protección especial al ser árbitra menor. Aun así, eso no leimpide demostrar sus ganas. Hoy inicia un camino lleno de retos, pero también deoportunidades.