Aquello que alguna vez fue la Nueva Comedia Americana tiene, lejos de la popularidad de sus títulos más rutilantes, un ala romántica de la que el realizador y guionista Nicholas Stoller es una de sus figuras clave. Tanto en ¿Cómo sobrevivir a mi ex? (2008) como en Eternamente comprometidos (2012) y, sobre todo, Bros (2022) Stoller embadurnó de contemporaneidad los caminos más transitados de las com-roms, ya sea a través del zarpe o de una precisa sensibilidad para entender las relaciones modernas.
Esa impronta brilla por su ausencia en La otra boda, en la que Will Ferrell y Reese Witherspoon –dos actores con amplia experiencia en el terreno cómico, aunque sus abordajes sean muy distintos– se ponen en la piel de dos personajes que empiezan mal y, claro, terminan bien. Lo contrario ocurre con la película, comprobación número mil de que la suma de un buen director con dos grandes comediantes no siempre es igual a una buena comedia. Puede alcanzar, a lo sumo, para aligerar los vicios de un guion cuya originalidad e inventiva no van mucho más allá de su premisa inicial.