El comienzo de 2025 parece el guion de una película distópica. La agenda oculta de Trump incluía amenazas creíbles para hacerse con el control de Groenlandia, el Canal de Panamá o la soberanía de Canadá. Su financiador y aliado, Elon Musk, difunde bulos y crea un clima político y respirable para intentar determinar no solo quién debe ser el primer ministro británico, sino también el jefe de la oposición o el futuro canciller de Alemania.