Una familia de Villa de Lina, en el norte del Gran Buenos Aires, sufrió una entradera mientras celebraba Año Nuevo fuera de casa. Al regresar, encontraron su hogar destrozado y revuelto. Aunque los ladrones no se llevaron muchos objetos de valor, la violación a la intimidad y el daño emocional son las mayores pérdidas para los afectados. La comunidad sigue preocupada por la inseguridad en la zona.