Unos llegan y otros se marchan. Son los "vaivenes" propios de estas fechas. Principalmente los aeropuertos se convierten en una maraña de gente con carteles y ramos de flores que se agolpan en la puerta de "Llegadas" esperando ver un rostro conocido. Padres que esperan a sus hijos que estudian fuera, abuelos que aún no conocen a sus nietos, familias separadas durante años en distintos continentes... Todos ellos se reencuentran con motivo de las fiestas navideñas. Comienzan unos días que tendrán que aprovechar al máximo, pues, en muchos casos, serán la antesala de nuevas y largas separaciones. "Estar lejos de la familia en fechas así no es fácil", afirma una de las viajeras que recorre los pasillos del aeropuerto con su maleta. Con la emoción a flor de piel y alguna que otra lágrima, familiares y amigos se reúnen por fin. Algunos nerviosos, otros eufóricos, pero todos ellos con la misma sensación: la de estar de nuevo en casa.