Un intenso temporal en España ha causado la muerte de al menos 212 personas, concentrándose principalmente en Valencia y afectando también a Castilla, Murcia y Málaga. Las precipitaciones extremas provocaron torrentes de barro que arrasaron vehículos y áreas urbanas. La tragedia ha desatado un debate sobre la efectividad de las alertas meteorológicas, ya que las advertencias fueron comunicadas a los ciudadanos con un retraso significativo. Mientras tanto, brigadistas locales e internacionales trabajan para brindar ayuda en medio del caos.