La extrema sequía que sufre la Amazonía brasileña volvió a revelar grabados rupestres milenarios de antiguas comunidades indígenas que dejaron misteriosas marcas sobre el río Negro, hoy en su nivel más bajo en los últimos 120 años. Un conjunto de rostros de forma humana y algunos animales aparecieron de nuevo sobre una formación rocosa en el yacimiento conocido como Ponta das Lajes, en Manaos, la capital del estado brasileño de Amazonas.