En la puerta del Hospital Laura Bonaparte, conocido como CENARESO, se vive un clima de tensión e incertidumbre ante la inminente clausura del centro. La vigilia se desarrolla sobre la calle Combate de los Pozos, donde trabajadores y familiares se han reunido para manifestar su preocupación. Carteles con mensajes como "La salud mental no es negocio" y "Está en riesgo la vida de pacientes" cubren la fachada del ingreso principal.
La única área operativa es la guardia, mientras circulan rumores sobre el cierre definitivo programado para mañana. Según los trabajadores, han recibido una comunicación oficial que confirma esta decisión, pero aún desconocen cómo se procederá con los pacientes internados. La falta de información ha generado dudas sobre el futuro de las personas que dependen del hospital para sus tratamientos.
Además, el cierre afectará al jardín de infantes "El fin de los abrazos", que también dejará de funcionar. La cercanía con el Hospital Garrahan añade complejidad a la situación, ya que algunos niños asisten a este jardín mientras sus familias reciben atención médica.
Los tratamientos ambulatorios para adictos también están en riesgo; muchos pacientes dependen del CENARESO para continuar su recuperación. La comunidad exige respuestas claras y acciones concretas por parte del gobierno ante esta crisis sanitaria y social.