El primer debate presidencial de este largo ciclo electoral estadounidense, el que enfrentó en junio a Joe Biden y Donald Trump, duró apenas cinco minutos. Ambos contendientes estuvieron formalmente 90 hablando ante las cámaras, pero en las dos o tres primeras intervenciones la suerte estaba echada. La de la noche y la de la carrera de Biden. El segundo debate, aunque técnicamente haya sido el primer cara a cara de Trump y Kamala Harris, el celebrado este martes (madrugada española) en Filadelfia (Pensilvania), no ha tenido nada que ver. Tras un fiero intercambio, la vicepresidenta sale reforzada, sin haber cometido errores y logrado sacar de quicio al multimillonario en reiteradas ocasiones, mostrando su lado más irascible, descontrolado y errático.