Este año Rusia aprobó una reforma constitucional a la estructura del gobierno que "entronizaría" a Vladimir Putin en el poder, así lo reseñaron los medios occidentales pro Washington. De ser cierto, colocaría a dicho mandatario a la par con la nueva presidencia vitalicia de China al eliminar una palabra del artículo sobre la continuidad de las reelecciones, limitada a dos períodos de 6 años por mandatario. Esta situación de los gigantes asiáticos volvió a reactivar los alarmismos sobre la legitimidad democrática de los países en torno al argumento de la alternabilidad, que en países hegemónicos de Occidente como Alemania y EE.UU., también son bastante cuestionables.
Sean las garantías electorales liberales, la temprana vacuna Sputnik V contra el COVID-19, o la construcción del gasoducto Rusia-Unión Europea Nord Stream 2, este año, como tantos anteriores, los gobiernos y media occidentales utilizan a la ex federación soviética como villano de imaginarios complots internacionales. Así sea a costa de contradecir y sabotear la economía de mercado y el libre comercio entre las naciones que tanto pregonan.
En lo militar, los ecos de la Guerra de Crimea y Sebastopol con su anexión a Rusia, desde 2016, se escucharon en las regiones fronterizas de Europa del Este. Sumando la tensión en la transcaucasia con la Guerra de Artsaj durante septiembre a noviembre, entre Armenia y Azerbaiyán, triunfando esta segunda con el apoyo total de Turquía, y Rusia como mediador con presencia de tropas del cese del conflicto.
Igualmente hubo una destacada situación de provocación y alarma militares, por la presencia del submarino nuclear USS Seawolf de EE.UU., en las fronteras marítimas rusas del Atlántico Norte. Con su respuesta rusa en el Teatro de Operaciones. ¿Cómo continuará esta pugna de superpotencias en el pluripolar 2021? ¿Cuáles otros hitos de la geopolítica de 2020 tuvimos? Lo veremos en la tercera entrega de este seriado.