Para 1822, Nueva Granada y Venezuela, ya no eran colonias españolas. Simón Bolívar y Antonio José de Sucre liberaron Quito con las batallas de Bombona y Pichincha. Argentina y Chile ya eran independientes y Perú, tras la batalla de Ayacucho, pasó a formar parte de la América Libre. Por fin, Bolívar acariciaba un sueño largamente guardado desde 1815 en su carta de Jamaica: la creación de una confederación de estados americanos que tendría por capital Panamá, pero antes, como ahora, la visión no pudo cumplirse, debido a rivalidades entre los diferentes gobiernos americanos y las ambiciones políticas de sus representantes.
A las nuevas generaciones, sin importar el líder de turno, esto es una pugna histórica: la unión de los países del sur, es el mayor temor de quienes codician todo lo que yace en el suelo de América Latina, por ello hacen todo lo posible para que no se consoliden en términos de libertad, soberanía o distribución equitativa de sus riquezas. Los quiénes son relatados por Naile Manjarrés en esta entrega de Entre Líneas.