Desfile de la Revolución Mexicana
- hace 2 meses
BICENTENARIO. México DF. 20/11/2010. La celebración del 20 de noviembre ameritó un desfile más austero, un tanto didáctico, sin entrarle las discusiones sobre si la Revolución Mexicana fue eso, una revolución, fue un mito o más bien un gran mitote, desfilaron, para deleite de los ciudadanos más de ocho mil elementos del Ejército Mexicano, corporaciones policiacas e integrantes de la Asociación Nacional de Charros.
No hubo mucha gente en las calles y la seguridad fue muy relajada. El desfile que conmemoró la importancia de la caballería en la gesta que inició en 1910, tuvo como principales actores a más de novecientos equinos, que marcharon desde el Zócalo capitalino hasta Chapultepec, algunos más cómodos que otros, y que llevaban a lomos a elementos del ejército caracterizados como las distintas agrupaciones que han conformado la evolución de la caballería, hasta llegar a los modernos vehículos, que no se resistieron a volver a sacar a las calles.
Como parte del desfile hubo una procesión de carros alegóricos que retrataban momentos o escenas importantes en torno a la revolución, así que por las calles de la ciudad desfiló hasta Porfirio Díaz.
No fue el único, a turnos desfilaron personajes que contribuyeron a la lucha, como Francisco Madero y los caudillos Emiliano Zapata, Francisco Villa, seguidos de quienes según la historia terminaron ordenando sus ejecuciones, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón; todos en santa paz y armonía.
También desfilaron integrantes de los cuerpos montados de las policías del DF y el Estado de México, así como integrantes del equipo ecuestre que ganó medallas de bronce en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, entre otros deportistas militares a caballo.
Así transcurrió el desfile, breve, entretenido para los asistentes y sobre todo, austero.
No hubo mucha gente en las calles y la seguridad fue muy relajada. El desfile que conmemoró la importancia de la caballería en la gesta que inició en 1910, tuvo como principales actores a más de novecientos equinos, que marcharon desde el Zócalo capitalino hasta Chapultepec, algunos más cómodos que otros, y que llevaban a lomos a elementos del ejército caracterizados como las distintas agrupaciones que han conformado la evolución de la caballería, hasta llegar a los modernos vehículos, que no se resistieron a volver a sacar a las calles.
Como parte del desfile hubo una procesión de carros alegóricos que retrataban momentos o escenas importantes en torno a la revolución, así que por las calles de la ciudad desfiló hasta Porfirio Díaz.
No fue el único, a turnos desfilaron personajes que contribuyeron a la lucha, como Francisco Madero y los caudillos Emiliano Zapata, Francisco Villa, seguidos de quienes según la historia terminaron ordenando sus ejecuciones, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón; todos en santa paz y armonía.
También desfilaron integrantes de los cuerpos montados de las policías del DF y el Estado de México, así como integrantes del equipo ecuestre que ganó medallas de bronce en los Juegos Olímpicos de Moscú 1980, entre otros deportistas militares a caballo.
Así transcurrió el desfile, breve, entretenido para los asistentes y sobre todo, austero.