Alfonso Rojo: “Esto huele que apesta y tendremos Sánchez hasta en la sopa, pero no se me desinflen”
  • hace 7 meses
Que la política española se ha convertido en un basurero queda fuera de toda duda, pero no conviene caer en la melancolía.
No es nuestro caso, porque nos gusta la pelea, pero percibo entre la gente de bien cierto desinfle y bastante pesadumbre.
No se dejen dominar por el pesimismo y sobre todo, no abandonen la batalla, porque la victoria solo es para los que nunca se rinden.
¿Lo tenemos cuesta arriba?
Si.
¿Vamos a tener que tragarnos otros cuatro años a Sánchez y a la Coalición Frankenstein?
Cuatro años completos quizá no, pero un par de ellos es más que probable.
Ayer, casi a la misma hora en que Sánchez afirmaba en Nueva York que Puigdemont y los separatistas catalanes del Golpe de Estado de 2017 nunca debieron ser juzgados, Alfonso Guerra, Felipe González y un puñado de ancianos socialistas clamaban, en la presentación de un libro, contra la claudicación, la ilegalidad y la traición que alista el jefe del PSOE, partido al que todos ellos están afiliados y al que votaron con entusiasmo hace menos de dos meses.
No se dejen confundir por el estiércol periodístico que difunden la ‘Brunete Pedrete’ y las cadenas de televisión, tratando de convencer al personal de que hay un PSOE bueno, decente y patriota, dentro del cual algo se mueve.
El germen del mal, lo que complica tanto el panorama en España, es el PSOE, porque sin su concurso, sin su amoralidad, nada de esto sería posible.
Y no hay inocentes.
El reportero Cake Minuesa abordó a García-Page en la presentación del libro de Guerra y le preguntó a bocajarro si, aparte de declaraciones altisonantes, se les ocurría algo para frenar a Sánchez.
Y para que el escurridizo presidente socialista de Castilla-La Mancha no se fuera por la ramas, inquirió certero si existe algún diputado socialista que pueda votar en contra de la infame amnistía.
Page, que es tan falso como Bono, Lambán, Vara y camaradas, puso cara de monaguillo y respondió: “Lo que sí podemos hacer, por lo pronto, es no callarnos”.
De los 21 diputados castellanomanchegos con escaño en el Congreso, todos dependientes de él, subalternos suyos y fieles a sus directrices, ni palabra.
¿Por qué?
Porque esos 21 paniaguados votaran sumisos a favor del tándem Sánchez-Otegi-Puigdemont, cuando llegue el momento, uniéndose en el pasteleo a los otros 99 que tiene el PSOE en la Cámara, a los 6 proetarras de Bildu, a los 7 del Junts Junts Klan y a María Santísima si hace falta.
Por cierto… que no se me olvide contarles que el siniestro mercadillo abierto por Sánchez para que le renueven la estancia en La Moncloa, andan los facinerosos de Esquerra y los de Junts compitiendo a ver quien le saca más.
Acaban de decir que el Estado español debe a Cataluña nada menos que 450.000 millones de euros y que además, por supuesto, hay que condonarles la deuda contraída con el fondo de liquidez autónoma.
O sea, que la broma, además, nos va a costar una pasta.
¡Manda huevos!
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