La ciudad de Marrakech, en Marruecos, comienza a retomar el pulso turístico tras el azote del terremoto más mortífero de su historia, que ha sesgado la vida de más de 2.000 personas y que ha dejado más de 2.000 heridos. La histórica ciudad marroquí, una de las más turísticas del país alauita, está situada a más de 100 kilómetros del epicentro del seísmo y sólo fueron las viviendas más antiguas y pobres las que sufrieron el zarpazo del movimiento de tierra y se vinieron abajo. El turismo es uno de los principales activos para la economía marroquí. Solo la ciudad de Marrakech recibe cada año a más de 2 millones de turistas. Tras el terremoto muchos de esos visitantes han decidido abandonar el país, y los hosteleros temen la repercusión que el seísmo pueda provocar en sus negocios. Pero allí hay todavía turistas españoles que ni quieren ni pueden volver porque o tienen allí su vida o su trabajo, o tras los momentos de incertidumbre iniciales han decidido continuar con su viaje. Aseguran que la ciudad ha vuelto a retomar el pulso y en sus calles ha vuelto el comercio y el turismo. El Gobierno español ha confirmado que hasta esta hora no hay noticias de que ningún español, turista o residente, haya resultado muerto o herido.