La Policía Nacional "caza" al presunto asesino de una anciana en Castellón
- hace 9 meses
María Sanz, una mujer de 76 años, perdió trágicamente la vida hace casi dos años en Castellón, cuando fue asesinada por un individuo mientras regresaba a su hogar después de hacer unas compras. El motivo del crimen fue el robo de su bolso, una cadena de oro y una alianza, que proporcionaría al atacante el dinero necesario para su adicción.
El fatídico suceso ocurrió el 23 de enero de 2022, en la calle Chamberga y José María, cerca del distrito marítimo de El Grao. María planeaba preparar una paella para su familia ese domingo, pero nunca llegó a su reunión con una amiga en una cafetería cercana, ni respondió a las llamadas telefónicas. Poco después, su cadáver fue encontrado.
La investigación inicial se centró en encontrar al responsable detrás de este crimen que conmocionó a la comunidad local. A pesar de los esfuerzos de la policía, el caso se estancó durante meses. Fue el otoño pasado cuando los agentes de la Sección de Homicidios de la UDEV Central, que habían resuelto otro caso importante en Alicante, se unieron a la investigación.
Un avance crucial se logró gracias al análisis detallado del ADN realizado por el Instituto de Ciencias Forenses 'Luis Concheiro' de la Universidad de Santiago de Compostela. A pesar de las difíciles condiciones de la muestra, pudieron determinar algunas características físicas del agresor, indicando un posible origen norteafricano. Estos resultados se combinaron con análisis de inteligencia que incluyeron el rastreo de teléfonos y patrones de comportamiento en la zona.
La pieza clave llegó cuando se revisaron las grabaciones de seguridad de un hotel cercano al lugar del crimen, donde se observó a un individuo con características similares a las grabadas previamente por una cámara en un bazar chino. Este sospechoso fue sometido a una discreta vigilancia, y finalmente, su ADN coincidió con el encontrado debajo de las uñas de la víctima.
El fatídico suceso ocurrió el 23 de enero de 2022, en la calle Chamberga y José María, cerca del distrito marítimo de El Grao. María planeaba preparar una paella para su familia ese domingo, pero nunca llegó a su reunión con una amiga en una cafetería cercana, ni respondió a las llamadas telefónicas. Poco después, su cadáver fue encontrado.
La investigación inicial se centró en encontrar al responsable detrás de este crimen que conmocionó a la comunidad local. A pesar de los esfuerzos de la policía, el caso se estancó durante meses. Fue el otoño pasado cuando los agentes de la Sección de Homicidios de la UDEV Central, que habían resuelto otro caso importante en Alicante, se unieron a la investigación.
Un avance crucial se logró gracias al análisis detallado del ADN realizado por el Instituto de Ciencias Forenses 'Luis Concheiro' de la Universidad de Santiago de Compostela. A pesar de las difíciles condiciones de la muestra, pudieron determinar algunas características físicas del agresor, indicando un posible origen norteafricano. Estos resultados se combinaron con análisis de inteligencia que incluyeron el rastreo de teléfonos y patrones de comportamiento en la zona.
La pieza clave llegó cuando se revisaron las grabaciones de seguridad de un hotel cercano al lugar del crimen, donde se observó a un individuo con características similares a las grabadas previamente por una cámara en un bazar chino. Este sospechoso fue sometido a una discreta vigilancia, y finalmente, su ADN coincidió con el encontrado debajo de las uñas de la víctima.