La pregunta de Carlos Alsina que pone contra las cuerdas a Sánchez: “¿Y Otegi qué?”
  • hace 11 meses
Carlos Alsina remachó a Pedro Sánchez en un editorial formidable por mirar hacia otro lado con lo de los terroristas integrados en las listas de EH Bildu:

Ese partido del que usted me habla se llama Bildu (coalición de partidos, en rigor, y ojalá se notara más que es una coalición en casos como éste, cuando los que no son Sortu podrían aprovechar para desmarcarse). Es verdad que el Gobierno -supongo que Calviño habla como Gobierno porque en el PSOE no milita- carece de acuerdo formal alguno con Bildu. No tiene un pacto de legislatura ni con Otegi ni con la señora que habla en su nombre en el Congreso de los Diputados. Pero sí ha alcanzado unos cuantos pactos en esta legislatura. No porque Bildu haya elegido votar a favor de proyectos gubernamentales -que oye, si vota a favor, pues que vote- sino porque el PSOE aceptó sentarse a negociar con ellos -negociar- y aceptó homologarlos así como un grupo aliado más. No es que tenga un pacto, es que ha tenido más de uno.

Por supuesto, ninguno de sus pactos versaba sobre rescatar viejos pistoleros para hacerlos concejales, sólo faltaba. Pero está pagando ahora el PSOE el precio de haber mimado a Bildu en el Congreso -esa mano tendida, ese tono suave con que siempre ha tratado el presidente a esta señora- y de no haber reaccionado la semana pasada, nada más conocerse lo de las listas, con un poco de firmeza y de memoria democrática.

El Gobierno y sus portavoces han demostrado en estos años una fijación en recordarle al PP, a Ciudadanos, a Vox, su pasado en contraste con la falta de memoria sobre la procedencia de los principales dirigentes de Bildu. Lo que derechistas tan peligrosos como Lambán o como Page están reclamando de nuevo ahora (sin la menor esperanza de que prospere) es que su partido renuncie a negociar nada con Otegi mientras distorsionando la historia para justificar el terrorismo. En otros tiempos, se le habría llamado cordón sanitario. En otros tiempos el propio presidente habría abogado por el cordón.

Ni Bildu va a ser ilegalizado, bien lo sabe Ayuso, ni la abogacía del Estado va a pedir la anulación de las listas de Bildu, bien lo sabe Feijóo. Esta tormenta dura, como mucho, hasta el 28 de mayo. Después, algún condenado por asesinato tomará posesión de su acta de concejal en el mismo pueblo en que mató y la vida seguirá, claro que sí. Y llegará diciembre y Bildu presentará unas listas a las elecciones generales con más etarras como canteranos. Porque en eso está Bildu. En seguir blanqueando el terrorismo por la vía, muy burda, de convertir a los pistoleros en políticos. Después de todo, para Otegi siempre fueron eso. Activistas políticos que empuñaban las armas porque no les quedaba otro remedio.
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