Seguridad Nacional alertó al Gobierno de Pedro Sánchez sobre el terrorismo yihadista en España, advirtiendo que “el principal vector de amenaza” podría proceder de la “radicalización de individuos y células autónomas” que actúen con un “modus operadi de baja sofisticación y fácil acceso”.

Una descripción que encaja con los sucesos acontecidos en Algeciras, donde un individuo de 25 años y de origen magrebí ha asesinado con un machete al sacristán de la iglesia de Nuestra Señora de La Palma de Algeciras.

Seguridad Nacional otorga un “riesgo alto” al “terrorismo y la radicalización violenta” en España y ya había instado al Gobierno a actualizar el Plan de Prevención y Protección Antiterrorista de 2015, “para redefinir las medidas”, o a elaborar un Protocolo Interinstitucional de respuesta ante Ataques Terroristas, “para agilizar la respuesta inmediata y coordinada en caso de atentado terrorista”.

La Audiencia Nacional relaciona al autor del crimen con el salafismo yihadista y, aunque actuó solo, podría haberse influenciado por grupos radicales a través de Internet. El joven se encontraba en situación irregular en España, pero en libertad al carecer de antecedentes y estaba a la espera de expulsión desde junio.