Es más falso que un euro de madera.

Pedro Sánchez es un auténtico especialista en la impostura y sabe cuándo toca apostar por uno u otro registro.

Tal y como contamos el 25 de enero de 2023 en Periodista Digital, al presidente del Gobierno socialcomunista le cayeron zascas de todos los colores por su tuit referente a lo sucedido en Algeciras.

El dirigente de La Moncloa evitó en todo momento mencionar términos como 'asesinato' y 'atentado yihadista', amén claro de obviar el origen marroquí del autor de la muerte del sacristán Diego Valencia.

Y, para remate, nada de poner que este religioso fue asesinado. Nada, mejor decir que "falleció" y así sustentar la cuestión.

Hasta cierto punto podría entenderse que Sánchez, haciendo gala de un papel institucional, no quisiera elevar el tono y optase por cuidar muy mucho cada vocablo.

El problema viene cuando, curiosamente, toca pronunciarse sobre otras personas muertas y están, por ejemplo, ostentaban la condición de terroristas de ETA.

Entonces, qué curioso, el presidente socialcomunista no dudó en ponerse de rodillas y apuntarse para ser el primero en dar el pésame.

Comparen ustedes el mensaje de Sánchez sobre lo acontecido en Algeciras:

Quiero trasladar mis más sinceras condolencias a los familiares del sacristán fallecido en el terrible ataque de Algeciras. Deseo una pronta recuperación a los heridos. Todo nuestro apoyo al trabajo que están llevando a cabo las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Con estas palabras dedicadas al etarra Igor González Sola:

Me quería referir al caso de Igor González Sola, al preso de la banda ETA, que se suicidó la pasada semana en la cárcel donostiarra de Martutene, y quiero decir antes que nada algo obvio y es lamentar profundamente su muerte. Lo lamento.