Laura Borrás protagonizó el mayor desprecio a las víctimas del 17-A durante el homenaje que se celebró frente al mosaico de Miró en La Rambla.

Solo minutos después de acabar el acto, la presidenta de la Cámara acudió a saludar, abrazar y agradecer la presencia de los ultras separatistas que boicotearon el homenaje a las víctimas de los atentados de La Rambla y Cambrils que ha tenido lugar con motivo del quinto aniversario del 17-A.

A pesar de que interrumpieron el minuto de silencio y acusaron a España de ser un “estado asesino”, la política imputada decidió darse un baño de masas con los independentistas y sacar rédito político del circo que montaron.

Una decisión que generó un gran malestar entre los asistentes y que llevó a que recibiera una avalancha de críticas a través de las redes sociales, donde le acusan de carecer tanto de moral como de principios.