¿Conseguirá la comunista Yolanda Díaz acabar con Pedro Sánchez? Hugo Pereira lo analiza
  • hace 2 años
Yolanda Díaz, como ya ustedes saben, acusó al Gobierno de Pedro Sánchez de saber lo que le venía encima, de ocultarlo, de actuar tarde mal y arrastro y todo por sectarismo ideológico.
Mientras, por ejemplo, el secretario de Desarrollo Internacional del Reino Unido, Michael Bates, presentó su dimisión por llegar dos minutos tarde al Parlamento o, si quieren algo más grave, la que fue ministra de Educación y Ciencia del Gobierno alemán de Angela Merkel dimitió tras ser acusada de plagiar parte de su tesis.
Pues aquí en España: tenemos un Presidente que plagió su tesis como está más que demostrado; que miente por sistema; que incumple todas sus promesas; que está llevando a España al desastre económico, político y social por mucho que quieran ocultarlo con propaganda barata; un Presidente y toda una banda de separatistas, etarras, comunistas, nacionalistas, socialistas que no creen en la libertad, mucho menos en la de prensa. Y aquí no dimite ni el apuntador. Es increíble.
Y la libertad de prensa que con ese infame comunicado pretenden coartar en la sede de la soberanía Nacional, además de ser algo inédito en toda la Historia Democrática de España, pone de manifiesto algo que ya es presente: la democracia se está desmoronando.
Cuando los delincuentes tienen más privilegios, derechos y facilidades que nuestros agentes de la autoridad; cuando hay más viajes oficiales a la Palma que ayudas para los damnificados por el Volcán; cuando los Ministerios que más crecen en presupuesto son los inventados, los inútiles, los que no han beneficiado en absoluto a los españoles; cuando somos el país de la Eurozona con más desempleo; cuando tenemos un paro juvenil estructural; cuando la deuda y el déficit están en máximos históricos, al igual que la luz y la inflación; y cuando, en fin, tenemos un Gobierno que a pesar de esto nos dice que España va como un tiro y que es el mejor Gobierno de la Historia, mientras los españoles son cada vez más y más pobres y la desafección política, esto es, el hartazgo que los españoles tienen por nuestros gobernantes está, igualmente, en máximos históricos, es evidente que solo cabe una posibilidad: que la ciudadanía despierte, que salga a la calle, que se movilice y que movilice a otros y, desde luego, que en las urnas que, tarde o temprano llegarán, rechace todo lo que huela a socialismo, comunismo, separatismo y nacionalismo.
Porque estas ideologías han sido históricamente, y siguen siendo, la base para desencadenar guerras, para convertir países enormemente ricos en materias primas, como Venezuela, en pobres estepas comunistas y, en suma, para tirar por tierra el desarrollo, el crecimiento económico y el bienestar que toda ciudadanía demanda para sí. No es casualidad que Madrid sea la comunidad con más libertad personal y económica y, al mismo tiempo, el motor de España.
Como dijo el prestigioso economista Daniel Lacalle: “no es un milagro, se llama libertad”.
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