Alfonso Rojo: "Felipe González, Zapatero y los 438 asesinados por los socios de Sánchez"
  • hace 3 años
Hay momentos clave en la vida de una persona, instantes en lo que puedes elegir y de los que depende tu gloria o tu infortunio.

Felipe González, al borde de los 80 años, tiene ante si uno de esos momentos.

Quien fuera durante casi dos décadas secretario general del PSOE y durante más de 14 años presidente del Gobierno de España, va a asistir como invitado de honor al congreso que celebran los socialistas en Valencia este fin de semana.

Y puede callarse como una puerta y arropar con su presencia a Pedro Sánchez, el socio de los proetarras vascos, el compadre de los golpistas catalanes y el compinche de los zarrapastrosos de Podemos, o alzar la voz y explicar a ese partido vacilante, acomodaticio, blando, guerracivilista, cicatero, arribista y entregado, que ese no es el camino, que España y los españoles merecemos algo mejor.

No tengo mucha confianza en ese gesto de grandeza.

Creo que, a la hora de la verdad, Felipe González se dejará obnubilar por la droga de las siglas y se colocará al lado del infame Zapatero como avalista del ‘sanchismo’.

En otras palabras, que se apuntará a la tesis de que para evitar que llegue al poder la odiada derecha, al PSOE no le queda otra que aliarse con la extrema izquierda comunista, los separatistas, los filoetarras y todos los enemigos de España.

Y lo justificarán, usando como altavoz a ese rebaño de periodistas que tienen a sueldo, con la farsa, la coartada, el bulo de que pactan con ETA los presupuestos y cosas por el estilo, porque la alternativa sería el fascismo.
Cuesta creer que Felipe González haya olvidado que, siendo el presidente del Gobierno, los terroristas a los que ahora homenajean los socios de Sánchez y a los que trata con guante de seda el ministro Marlaska, asesinaron a 438 españoles.

Y entre ellos, socialistas de pro, compañeros y amigos suyos, como Enrique Casas, Fernando Múgica, Francisco Tomas y Valiente o Fernando Buesa.

Y la pregunta obligada, que debería hacerse el propio Felipe González, es que necesidad tiene a estas alturas de chapotear en la ignominia.
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