El inoperante Pedro Sánchez toca el violín mientras España se despelota con el final del estado de alarma

  • hace 3 años
Cuando no hay autoridad, el personal se desmadra.

Y nadie, el primero Pedro Sánchez, puede alegar en su defensa que no se esperaba lo que la pasada madrugada del 9 de mayo de 2021 iba a tener lugar en las calles de España.

Con un estado de alarma decaído y sin que el presidente del Gobierno tomara algún tipo de medida correctora para no pasar directamente del cero al infinito, era de cajón que los jóvenes, y lo que no lo son tanto, salieran como posesos a la vía pública.

El resultado es visible a todas luces: personas sin respetar la distancia social de seguridad, sin mascarillas, compartiendo vaso de 'mini' o botella y, por supuesto, una masificación que pone los pelos de punta.

Además, como muchos se han encargado de recordar, este desmán no es competencia de las autonomías, sino del Gobierno de España, es decir de Pedro Sánchez.

Con el fin del estado de alarma, salvo que lo autorice el Tribunal Superior de Justicia de cada autonomía, no se puede decretar por parte de los Ejecutivos regionales un toque de queda.

Por tanto, si en Moncloa hubieran hecho sus deberes, a buen seguro que la madrugada del 9-M no habría reflejado unas imágenes y unos vídeos escalofriantes.

Además cabe subrayar que la incidencia de contagios del coronavirus sigue por encima de los 200 puntos.

Pero Sánchez, como los músicos del Titánic, prefiere tocar el violín mientras el barco que maneja, España, va hacia la deriva.

Recomendada