A Child of the Ghetto (Una chica del gueto) [1910]

  • hace 3 años
La visita del Ángel de la Muerte en la pequeña casa se lleva a la pobre madre viuda de la pequeña Ruth. La pobre huérfana se da cuenta de que de ahora en adelante debe luchar sola la batalla de la vida. Desde su sórdida habitación en Rivington Street, Nueva York, recorre el gueto en busca de trabajo. Después de un tiempo consigue trabajo en una fábrica de camisas para llevarlas a casa y darles el último toque. Ella completa el lote encomendado y acude a la fábrica para recibir la miseria con la que su trabajo será recompensado. Cuando ella entra en la oficina, el hijo de del propietario está implorando dinero a su padre, quien se niega rotundamente a conceder. El joven está desesperado y mientras el padre examina el trabajo de Ruth, extrae varios billetes de la billetera de su padre, que está sobre el escritorio. La pérdida se descubre y el joven, temiendo ser detectado, se las arregla para que se culpe a Ruth colocando astutamente pruebas en su paquete de trabajo donde se encuentran durante búsqueda. Se envía a buscar al oficial Quinn, pero antes de que llegue Ruth aprovecha la oportunidad para escapar, al darse cuenta de su incapacidad para demostrar su inocencia frente a la evidencia convincente, se dirige a su habitación, pero como su nombre y dirección están en los libros y su rostro ha sido visto por el oficial, Quinn encuentra poca dificultad en seguirla. Ella lo elude, sin embargo, bajando por la escalera de incendios y subiendo a un tranvía con destino a los suburbios. El oficial pierde todo rastro de ella en la congestión de Rivington Street, y cuando el automóvil hace la última parada, ella está fuera del alcance de sus perseguidores. Camina con dificultad hasta que se desmaya de cansancio y más tarde es encontrada por un joven granjero que la lleva a la casa y la deja al cuidado de su madre. Aquí se la trata como a un miembro de la familia, y su existencia, hasta ahora nublada por el dolor, se transforma en sol. Aquí aprende a sonreír. A medida que pasa el tiempo, crece un fuerte vínculo entre el joven agricultor y ella hasta que el compromiso es inminente. En este momento, al oficial Quinn se le conceden unas vacaciones y, con un amigo, va a pescar un día en el arroyo que bordea la granja. Deseando un poco de leche, va a la casa a buscarla. El joven granjero y Ruth están junto al pozo, él a punto de proponer matrimonio, cuando aparece Quinn. El granjero se ofrece a traerle un poco de leche y, mientras espera su regreso, el oficial se sorprende por el rostro aparentemente familiar de Ruth. Mirando a la cara a la joven se da cuenta de que ella no puede ser culpable y regresa a la orilla del río para seguir pescando.

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