The Way of Man (El camino del hombre) [1909]

  • hace 3 años
Tom Horne ama profundamente a la pequeña y bonita Mabel Jarrett, y no hace falta decir que su amor es correspondido. La exuberante ambición de Tom se ve intensificada por su gran amor hacia la chica, por lo que decide viajar al oeste para luchar por la fama y la fortuna para ser más digno de ella. Después de algún tiempo en la tierra prometida, logra alcanzar el fin por el que tanto se había esforzado y escribe sobre su intención de regresar y reclamarla como suya. Mientras tanto, la prima de Mabel, Winnie, la ha visitado y pasará con ella los meses de verano. Al recibir la carta de Tom, Mabel se encuentra en el séptimo cielo del deleite, cuando el cruel destino la sumerge en las profundidades de la desesperación, pues ocurre un horrible accidente. Durante la noche, mientras Mabel está en el acto de encender la lámpara, esta explota y le quema espantosamente la cara y la cabeza. Es concluyente que la pobre chica quedará desfigurada de por vida. ¡Qué golpe es para ella casi en la víspera del regreso de Tom! Todos tratan de animarla, aunque se dan cuenta de su triste situación. Winnie, en particular, hace todo lo posible para disipar sus temores. Cuando Tom llega se sorprende por el aspecto de Mabel. Esto hiere a Mabel, pero él hace un esfuerzo por disimular y hacerle creer que la espantosa cicatriz no representa ninguna diferencia; no disminuirá su afecto por ella, ni disipará su deseo de convertirla en su esposa. Pero, ah, las meras palabras son vacías, y la pobre Mabel puede ver un matiz de repugnancia en su actitud y percibe un decidido vínculo entre su prima y Tom. Winnie también se da cuenta de esto y trata de dejar el lugar para estar fuera de su camino. Mabel descubre este acto de sacrificio por parte de Winnie y lo evita sacrificándose ella misma. Dejando una nota de despedida, y esperando que Tom y Winnie se casen, sale de la casa y se dirige a la costa. Colocando su capa y su sombrero en lo alto de acantilado rocoso, se esconde, por lo que de inmediato asumen que ha saltado al mar. De vuelta a la casa, todos llorando a la valiente chica creyéndola muerta, ella solicita sus servicios en un asilo de huérfanos para cuidar a los pobres expósitos sin hogar, donde veremos el afecto que los allí recogidos muestran por ella. Más tarde Tom y Winnie están felizmente casados, y ambos tienen un tierno y reverente recuerdo de la valiente y abnegada niña que imaginan enterrada en las oscuras aguas de un mar inquieto y despiadado.

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