Tras su accidentada llegada a Cheesecago, Elliot Mouse, Gordon y Mr. Wilson pasan la noche en el garaje de Jack, a salvo de los matones de Al Catone. Al amanecer, guiados por el infalible olfato de Gordon, descubren a tres pequeños raterillos escondiendo unas cajas de queso en un rincón del garaje y, tomándolos por ladrones, tratan de capturarlos.
Robos, atracos, sobornos… La metrópoli de Cheesecago se ha convertido en un foco de atracadores y mafia. Un líder nato, el agente Elliot Mouse, llega con su equipo, “Los Intocables”, para poner orden en una ciudad dominada por gangsters como Dog Moran y Al Catone.