Tanto pacientes con enfermedades renales como hepáticas reclaman que llevan más de 18 meses sin recibir los medicamentos, "cuando no falta uno falta el otro", aseguran que muchas personas que vienen del interior se tienen que devolver con las manos vacías y quienes lograron salvar su vida con el trasplante la ven en riesgo por no tomar la medicina a tiempo.