Los presos de la cárcel recuperan las comunicaciones con sus familias

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Almería, 26 may (EFE).- Ya de por sí aislados del resto de la sociedad, los internos del centro penitenciario El Acebuche de Almería han visto limitados sus contactos con el exterior por la pandemia de COVID-19, aunque tras semanas sin posibilidad de ver en persona a sus seres queridos, este lunes han vuelto a poder hacerlo.
Nada más acceder a la prisión de la capital almeriense, se perciben los primeros cambios provocados por la "nueva normalidad". La mitad de las taquillas de la entrada permanecen precintadas para facilitar la desinfección de las que están en uso, y a lo largo del suelo se suceden adhesivos de color negro y amarillo para marcar las distancias de seguridad.
Medidas elementales que se mantienen a lo largo de toda las zonas que anteceden al anillo interior en el que se encuentran los módulos dónde residen los presos, así como otras instalaciones. Entre ellas las cabinas en las que se llevan a cabo las comunicaciones orales.
"A partir de este lunes, 25 de mayo, retomamos la "nueva normalidad. La legislación penitenciaria establece que la administración penitenciaria debe potenciar los vínculos de los internos con el mundo exterior, algo que se ha visto seriamente dificultado en el estado de alarma", dice en declaraciones a Efe el director de El Acebuche, Miguel Ángel de la Cruz.
Tras alabar el trabajo desarrollado en estos duros meses por los hombres y mujeres bajo sus órdenes en la cárcel, asegura rotundo que es el "momento de comenzar el proceso de normalización". "Hemos comenzado reanudando las comunicaciones internos con sus familias y profesionales", incide.
De la Cruz sostiene que las circunstancias han obligado a acondicionar los "espacios y procedimientos" para poder celebrar estos encuentros que, ya de por sí, se desarrollaban con un "barrera física de cristal, que protege plenamente la salud".
"Antes se celebraban los fines de semana, ahora se va a potenciar y se desarrollarán toda la semana, excepto los miércoles, que será para desinfectar en profundidad las dependencias. Se van a ofrecer a los familiares de los internos y a los propios internos dos turnos de comunicaciones por la mañana y otros dos por la tarde", aclara el director.
De esta forma, los beneficiarios de este servicios, dispondrán de 40 minutos y será posible que hasta dos personas a la vez hablen a través de los interfonos con los presos. "Las comunicaciones íntimas, familiares y de convivencia, que suponen un contacto físico, quedan postergadas hasta una ocasión mejor", apunta.
Mientras De la Cruz realiza estas declaraciones entre cabinas de comunicación, en espacios aledaños con el mismo uso, familiares y amigos del primer turno abandonan el interior de El Acebuche, mientras acceden aquellos de la segunda ronda de la mañana.
"Se limpian los cristales, el teléfono, con agua y lejía (?) se desinfecta y se fumiga con un agua mezclada con lejía antes y después de cada comunicación. Las familias deben venir provistos de mascarillas y guantes, y los

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