Las imágenes de largas colas se repiten por todo Estados Unidos. Los ciudadanos esperan durante horas para hacerse con munición o con armas. Las ventas se han disparado y superan los datos de los últimos veinte años. Illinois encabeza la lista, seguida de Texas, Kentucky, Florida y California. La ley obliga a los vendedores oficiales a comprobar los antecedentes penales de los compradores. Según el FBI, se han realizado alrededor de cuatro millones de comprobaciones y la respuesta de las autoridades no puede superar los tres días. Desde Moms Demand Action alertan: ante tal aluvión de peticiones, la policía no podrá comprobar los antecedentes a tiempo. Esta asociación ha iniciado una campaña para que las tiendas de venta de armas no sean consideradas como esenciales y se cierren. Justo lo contrario que pide la Asociación del Rifle, que demanda tiendas de armas abiertas y permisos rápidos para comprar. La NRA anima a que los ciudadanos protejan a su familia con armas.