Vendo los secretos de las personas para curar a mi papá

  • hace 4 años
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Mmm… Hola, me llamo Michael y tengo 19 años. Me convertí en un cibercriminal para cuidar de mi papá.

Él me crio solo. Era profesor de ciencias de la computación; desde pequeño, me enseñó sobre la magia de la programación. Al mismo tiempo, detestaba a los hackers, así que me prohibió estrictamente usar mis conocimientos en ese mundo oscuro. Es como le dijo el tío Ben a Spider-Man: “un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Pero yo era un niño pequeño, obviamente ni siquiera pensaba en hacer algo malo. Todo lo contrario, quería ser como mi papá, así que absorbí sus conocimientos como una esponja. Sabes, hacia los 18 años, había aprendido muchísimo… Papá y yo vivíamos una vida estable. Iba a la universidad, salía con amigos y jugaba juegos de computadora de vez en cuando. Papá iba a trabajar, y a veces, cuando estaba libre, jugábamos juntos. Todo era genial… Hasta que, un día, nuestra vida pacífica vida se terminó: a papá le diagnosticaron cáncer…

El cáncer es una de las enfermedades más terribles que conozco. Como si fuera poco, no teníamos dinero para el tratamiento… y el seguro de papá no cubría ese tipo de tratamientos. Claro, teníamos algunos ahorros, pero… ¡los costos eran tan elevados que solo nos alcanzaba para que el doctor le dijera “hola” a papá! Fue devastador. Incluso si conseguíamos el dinero, nada garantizaba que papá se recuperara. Aún teníamos tiempo, pero, mientras más demoráramos, más bajas serían las chances de que se cure… Buscábamos ayuda a diario, consultábamos con organizaciones de caridad, etc. Intenté recaudar fondos para el tratamiento a través de conocidos y de Internet. Gracias al cielo, nuestros esfuerzos no fueron en vano: las personas respondieron, y el dinero comenzó a aparecer.

Por supuesto, ver tanto apoyo nos ayudó a creer que papá podía curarse. Lamentablemente, las donaciones no alcanzaban. Había días buenos donde nos transferían cantidades enormes… Pero los días malos eran mucho más frecuentes. Nos llevó un mes reunir solo una cuarta parte del costo del tratamiento. Estábamos bajo un estrés constante, las caridades guardaban silencio, solo nos ayudaban las personas que se preocupaban por nosotros. El tiempo pasó… y, un día, papá decidió que debía tomar riesgos. Dijo que estaba cansado de esperar y empeorar un poco todos los días, que era hora de actuar. Al par

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