El personal y la colaboración con otros cuerpos, la clave del éxito de la UME
- hace 5 años
Madrid, 2 oct (EFE). (Imágenes: Raúl García).- Concluida la campaña contra incendios forestales, "muy exigente", y tras una gota fría "de magnitudes extraordinarias", el mando de la Unidad Militar de Emergencias (UME) Felipe Ruiz Gómez elogia en una entrevista con Efe la colaboración estrecha con otros cuerpos, el verdadero "músculo" de la unidad.
Durante este verano, la UME ha realizado 23 intervenciones para combatir incendios por toda la geografía española, cifra, sin embargo, en la media de la última década, ha apuntado Ruiz, quien ha destacado que en lo que llevamos de año se han ejecutado un total de 32 intervenciones, 25 más que en 2018.
Además, el 43 Grupo de las Fuerzas Aéreas del Ejército del Aire, que también participa en la extinción de incendios, ha realizado en lo que va de año un total de 2.747 descargas de agua y ha invertido más de 1.052 horas en labores de extinción.
En la última década, la Unidad Militar de Emergencias ha intervenido en un total de 338 incendios forestales (datos hasta el 23 de septiembre de 2019) y el mayor despliegue se produjo en el año 2012, con 59 actuaciones, mientras que el año pasado la UME sólo destinó medios en 7 siniestros.
El teniente coronel Ruiz Gómez, procedente del Mando Aéreo de Combate en la base de Torrejón, ha reconocido que a comienzos del verano la UME ya era consciente de que el riesgo de incendio "podría ser peor que el del ejercicio pasado", como ocurrió en agosto en Gran Canaria, donde más de 9.000 hectáreas resultaron calcinadas y hubo unos 10.000 evacuados.
Aunque todos los fuegos forestales son inesperados, la virulencia de este "no nos pilló de sorpresa", pues cuando se inicia un siniestro de este tipo hay unos índices meteorológicos que advierten de la velocidad del viento, estrés hídrico o temperatura ambiente, entre otros marcadores, y las condiciones en la isla "eran totalmente adversas".
La orografía de Canarias, "particular y difícil", también complicó las tareas de extinción y el fuego ganó en magnitud, por lo que, además de los medios de los que dispone la UME en el archipiélago, se requirió el despliegue de efectivos desde la península, "siempre en coordinación con organismos locales canarios", ha matizado.
"La UME actúa cuando una comunidad autónoma no tiene medios suficientes y requiere la intervención de los recursos del Estado, pero siempre en colaboración con los demás equipos de emergencia y todos coordinados por un mismo director, una colaboración que hace la fuerza, el músculo de la UME, pues solos no somos nada", ha subrayado Ruiz Gómez, jefe de Operaciones de la unidad.
En otra de las grandes catástrofes de este verano -las inundaciones de Alicante y Murcia de septiembre como resultado de una DANA o gota fría- la UME participó en tareas de búsqueda y rescate, reparto de medicinas y alimentos, achique de agua en numerosos inmuebles y limpieza y recuperación de infraestructuras.
La inundación fue de una "dimensión extraordinaria
Durante este verano, la UME ha realizado 23 intervenciones para combatir incendios por toda la geografía española, cifra, sin embargo, en la media de la última década, ha apuntado Ruiz, quien ha destacado que en lo que llevamos de año se han ejecutado un total de 32 intervenciones, 25 más que en 2018.
Además, el 43 Grupo de las Fuerzas Aéreas del Ejército del Aire, que también participa en la extinción de incendios, ha realizado en lo que va de año un total de 2.747 descargas de agua y ha invertido más de 1.052 horas en labores de extinción.
En la última década, la Unidad Militar de Emergencias ha intervenido en un total de 338 incendios forestales (datos hasta el 23 de septiembre de 2019) y el mayor despliegue se produjo en el año 2012, con 59 actuaciones, mientras que el año pasado la UME sólo destinó medios en 7 siniestros.
El teniente coronel Ruiz Gómez, procedente del Mando Aéreo de Combate en la base de Torrejón, ha reconocido que a comienzos del verano la UME ya era consciente de que el riesgo de incendio "podría ser peor que el del ejercicio pasado", como ocurrió en agosto en Gran Canaria, donde más de 9.000 hectáreas resultaron calcinadas y hubo unos 10.000 evacuados.
Aunque todos los fuegos forestales son inesperados, la virulencia de este "no nos pilló de sorpresa", pues cuando se inicia un siniestro de este tipo hay unos índices meteorológicos que advierten de la velocidad del viento, estrés hídrico o temperatura ambiente, entre otros marcadores, y las condiciones en la isla "eran totalmente adversas".
La orografía de Canarias, "particular y difícil", también complicó las tareas de extinción y el fuego ganó en magnitud, por lo que, además de los medios de los que dispone la UME en el archipiélago, se requirió el despliegue de efectivos desde la península, "siempre en coordinación con organismos locales canarios", ha matizado.
"La UME actúa cuando una comunidad autónoma no tiene medios suficientes y requiere la intervención de los recursos del Estado, pero siempre en colaboración con los demás equipos de emergencia y todos coordinados por un mismo director, una colaboración que hace la fuerza, el músculo de la UME, pues solos no somos nada", ha subrayado Ruiz Gómez, jefe de Operaciones de la unidad.
En otra de las grandes catástrofes de este verano -las inundaciones de Alicante y Murcia de septiembre como resultado de una DANA o gota fría- la UME participó en tareas de búsqueda y rescate, reparto de medicinas y alimentos, achique de agua en numerosos inmuebles y limpieza y recuperación de infraestructuras.
La inundación fue de una "dimensión extraordinaria