En 2017, la sonda Cassini cayó hacia su destrucción en la atmósfera de Saturno. Desde entonces, los científicos han analizado los datos de sus últimas 22 órbitas y han llegado a algunas nuevas y sorprendentes conclusiones. Aunque se ha creído durante mucho tiempo que los anillos eran tan antiguos como el propio planeta, los últimos datos han revelado que en realidad son relativamente nuevos, y están desapareciendo.