Vidas y Bebidas - Vinos Tranquilos
  • hace 5 años
Los primeros indicios del cultivo de la vid se documentan en el Medio Oriente sobre S. IX A.C. Y posteriormente se extenderá por todo el Mediterráneo, hasta llegar a la Península Ibérica alrededor de 200 años más tarde. En ese sentido la viticultura ha ido construyendo un paisaje singular que forma parte de los orígenes de la cultura mediterránea. Ha sido compañera de viaje para diferentes civilizaciones, buscando siempre aquellos lugares más idóneos donde instalarse.

El resultado de este proceso son vinos que adquieren una identidad, unos aromas y una personalidad propia de diferentes territorios y el sello particular de cada bodega que los produce. Además, el vino es una parte más de la dieta mediterránea. Contiene agua, etanol y compuestos fenólicos, que son muy importantes por sus cualidades antioxidantes.
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