Interrupciones y acusaciones en un segundo debate más bronco

  • hace 5 años
Madrid, 24 abr (EFE).- El segundo debate a cuatro entre los candidatos a La Moncloa ha sido sobre todo un pulso por el liderazgo de la derecha entre Pablo Casado y Albert Rivera, que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias han vivido como espectadores -aunque no pasivos- en el debate más bronco a cinco días de las elecciones.
El debate de Atresmedia ha sido más tenso que el de ayer en RTVE y ha tenido numerosos encontronazos a dos, en buena parte de los cuales ha estado el líder de Ciudadanos.
Porque Albert Rivera, omnipresente, se ha enzarzado en varias discusiones con Sánchez, reprochándole sobre todo sus alianzas con el independentismo, pero también ha 'peleado' con Casado en asuntos como los impuestos, la eutanasia o el aborto. Y el líder del PP le ha reprochado esta posición tan beligerante.
Sánchez ha aprovechado la coyuntura para ironizar sobre los 'cara a cara' entre Casado y Rivera -"Ya estamos con las primarias de la derecha", ha dicho-, pero también se ha enfrentado a ambos con dureza, bien para defenderse de sus acusaciones o bien para afearles su disposición a pactar con la ultraderecha.
Pablo Casado ha entrado al cuerpo a cuerpo en más ocasiones que ayer, poniendo al PP como ejemplo de buena gestión, sacando pecho de los logros de los Gobiernos del PP que presidieron José María Aznar y Mariano Rajoy y acusando a Sánchez de estar provocando la caída de todos los indicadores macroeconómicos.
Casado y Rivera se han alejado en varias ocasiones. Por ejemplo en el debate de cuestiones morales como la eutanasia, y mientras el líder de Ciudadanos pedía una "reflexión" al del PP, éste le reprochaba que saque estos temas para "rascar unos cuantos votos".
Pero después han vuelto a acercarse y han unido fuerzas para atacar a Sánchez y acusarle de entregarse al independentismo o a Bildu para gobernar.
Quedaba Pablo Iglesias, que ha mantenido un tono suave toda la noche excepto cuando ha llamado "maleducado" a Rivera por interrumpir constantemente a los demás.
El líder de Podemos ha actuado, por momentos, de moderador e incluso pacificador, pidiendo mesura a todos y defendiendo al final a Sánchez de los ataques de Casado y Rivera por llamar al presidente "amigo de terroristas o golpistas".
"Yo creo que sobreactuáis un poco, y la gente se da cuenta", les ha advertido.

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