Las reservas de agua de España en mínimos

  • hace 5 años
Calles ubicadas en alta mar, caudales urbanos descendiendo a ritmo de cascada y mobiliario urbano viajando a la deriva. Son las consecuencias de la llegada de la lluvia, pero no son suficientes para  llenar un mínimo los embalses. Donde había agua, solo queda desierto; la tierra se deshidrata y se expande, y algunas advertencias hoy quedan obsoletas. La cuenca del Segura amenaza con una muerte súbita, ya que está al 13% de su capacidad. En el embalse del Ebro sus paredes recuerdan una abundancia de agua pasada; su cauce está en ruinas. En la cuenca del Duero empieza a haber problemas para abastecer los campos. Y, ante la urgencia de más agua, el obispo de Córdoba implora en su homilía lluvia para todos.
-Redacción-

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