La ira de un pueblo contra el asesino confeso de Laura

  • hace 5 años
Primera imagen de Bernardo Montoya tras su detención; escoltado por dos agentes y agachado para que no se pueda ver su cara. Sale de la comandancia de Huelva directo a su casa de El Campillo para reconstruir el crimen. Cuando llega allí, además de las cámaras y de la Unidad de Criminalística le espera la rabia de un pueblo, la indignación de unos vecinos que pasan de los gritos e insultos, a golpear con fuerza el vehículo de la Guardia Civil donde creen que va el autor confeso de la muerte de Laura. Uno de ellos llega incluso a subirse en la parte delantera del vehículo dando manotazos al cristal. Es la reacción de un pueblo marcado para siempre por este terrible suceso.
-Redacción-

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