El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, presumió de recuperación económica hace solo siete meses en el debate sobre el Estado de la Nación."Hemos atravesado el cabo de hornos". El presidente insistió en ese optimismo hace solo tres semanas: "Aquí no hablamos de brotes verdes, aquí hablamos de raíces vigorosas". El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, también se ha subido al carro del triunfalismo. La última vez, la semana pasada mientras defendía su reforma fiscal. "El peligro de naufragio ha pasado". Frente a esa alegría, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, advertía ayer que la economía de zona euro pierde impulso y  se ha detenido. Draghi está dispuesto a sacar nueva artillería para apuntalar la recuperación que pierde fuelle. Si la economía de nuestro vecinos se estanca, puede acabar contagiando a España. Lo ha reconocido el ministro de economía este fin de semana en el G20 y también  en el ecofin: "Para nosotros es muy importante que la zona euro aporte al crecimiento". De lo contrario, si el crecimiento no se afianza, Los planes del gobierno se pueden truncar con las elecciones a la vuelta de la esquina.