Los políticos, en su cota más baja

Desde 1996 el CIS no reflejaba tanto malestar con la corrupción y los políticos. "Estoy muy quemada". "Nadie está conforme, pero ellos siguen ahí". Un descontento que retornó a partir de 2006, con el caso Malaya en Marbella. Pero hay más. Las tramas urbanísticas sacuden docenas de ayuntamientos. El caso Gürtel del PP, con sus ramificaciones en Madrid y Valencia. Le costó el carto a Francisco Camps: "Dejo la presidencia de la Generalitat". O Jaume Matas o el caso Campeón, en el PSOE. Los EREs de Andalucía. El caso Palau, el Pallerols, el Pokemon, la trama Mercurio... "Creo que los políticos deberían ser lo mejor de la sociedad. No lo son porque, probablemente, no tenemos una sociedad muy buena. Son un reflejo de la sociedad. Quizá deberíamos implicarnos todos para tener buenos políticos, porque son imprescindibles". "Yo creo que dependemos de ellos. Recuerdo lo anterior y no me gusta. Pero espero que la Justicia funcione". "Yo robo ahora un jamón y me tiro 7 años en la cárcel". "Sólo piensan en el dinero y en cómo conseguir más". "Son una clase aparte. Consideran que forman parte de la sociedad pero no es así". "El sistema está infectado". "Eso se debe a la endogamia política y las listas cerradas". "Al final es lo que les hemos dejado hacer". El ciudadano, está claro, quiere un cambio. "Estamos achantados todos. Tenemos que echarnos a la dcalle". "Y que se genere debate, al menos para que se sepa lo que hay". "Hay que hacer es borrón y cuenta nueva". "Que viniera uno que fuera diferente, que no fuera un ladrón". "Se te quitan las ganas de pasar por las urnas, de ir a votar". "Por lo menos, en las elecciones, pegarles unos batacazos de miedo". Y una petición unánime. "Que devuelvan todo lo que robaron". Sólo se puede decir más alto.