Las banderas ucranianas y de la Unión Europea ondean en la plaza central de KieV en una nueva marcha proeuropea. Pero los ánimos siguen caldeados entre los ucranianos por la decisión de su Gobierno de congelar el acuerdo comercial con Bruselas. Se volvieron a desencadenar nuevos incidentes cuando un grupo asaltó un microbús en el que creyeron que se estaban realizando escuchas telefónicas. Y frente a la sede del Gobierno, ni las vallas que se colocaron pudieron frenar los violentos choques con la policía que respondían con agresividad ante los ataques con gas pimienta de los manifestantes. Unas protestas a las que también se han unido lo más jóvenes. Unos 1.000 estudiantes han marchado por el centro de Kiev bloqueando el tráfico.El presidente Viktor Yanukóvich ha explicado las razones que le ha llevado a tomar esta decisión, asegurando el alto coste que supondría adaptarse a las "normas económicas" de la Unión Europea. Ha asegurado que no hay alternativa a la creación de una sociedad con normas europeas en Ucrania y que sus políticas siempre han ido en esa dirección y seguirá siendo así.Mientras, no sólo la presión popular, también la de la oposición. La expresidenta y líder opositora, Yulia Timoshenko, ha iniciado una huelga de hambre indefinida para para exigir a Yanukovich que firme el acuerdo.