A menos de un mes de que comience la temporada de setas, los vecinos de Pedroso, una aldea de Riós, respiran tranquilos porque este año han delimitado una zona de 600 hectáreas en la que está prohibido coger setas. Han instalado una serie de señales informativas en todos los accesos al pueblo, advirtiendo de que está prohibido recoger estos hongos. En ellas se dice: "Los montes comunales son de propiedad privada de los vecinos". "Lo que se pretende con esto es evitar que los montes acaben destrozados. Lo que veíamos es que cada año disminuía el número de setas en nuestros montes. Y esto se debía a que muchos turistas y visitantes las arrancaban", comenta el presidente de la asociación de montes en mano común del pueblo, Roberto Gago. "Mucha gente venía e invadía las fincas causando daños", nos cuenta un hombre. "Lo que hay que hacer es cortar las setas. Y nunca arrancarlas, porque si no, se daña a la seta", continúa. Todos los vecinos consideran que la iniciativa para proteger los montes es positiva. "Hay gente que vive de esto", asegura una vecina de la zona. De hecho, ellos mismos se encargarán en pocas semanas de vigilar el monte y alertar de los posibles intrusos.