Lo descubrieron por primera vez durante los carnavales de febrero, cuando aun era tan sólo una bola con hocico. Desde entonces, los vecinos de la localidad valenciana de Manuel han estado cuidado y alimentando al tejón que vive en una de sus alcantarillas. En este tiempo, ha crecido hasta pesar los actuales 8 kilos y alcanzar una longitud de 50 centímetros. La alcantarilla en la que vive el animal se encuentra frente a las puertas de un colegio, lo que ha facilitado que los niños le abastezcan continuamente con comida. Ante el tamaño que está adquiriendo el tejón, el centro de protección de fauna del Saler ha acudido rescatarlo pero sin éxito. Cuando abren la alcantarilla, él se escapa por un sumidero circular adosado y de unos 50 centímetros de diámetro�temen que el animal siga creciendo y que quede atrapado sin poder moverse.Mientras tanto, se ha convertido en la mascota del pueblo, especialmente de Lolita, una vecina que lo cuida como si fuese un hijo y se encarga día a día, de cocinarle y llevarle tanto la comida como la cena. Le da lástima el animal y no quiere que muera de hambre.