Todavía hay activos 30 incendios de los 400 declarados este fin de semana negro en Australia. Como una maldición, la lluvia de fuego ha engullido pueblos enteros. Las superficie quemada es equivalente a la isla de Mallorca. Las autoridades advierten que lo peor está por llegar porque todavía no hay acceso a muchas zonas arrasadas donde habría más cadáveres calcinados. Las víctimas mortales de este infierno 130, podrían llegar a ser 200. La sospecha fundada de que el fuego ha sido provocado ha llevado a la policía a declarar urbanizaciones enteras como escena de crimen, Se trata de un "asesinato masivo", aseguraba el primer ministro australiano. Los supervivientes vagan entre rescoldos. Ya hay más de 5.000 evacuados.
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