El vigilante los caza con la cámara de seguridad desde el primer minuto. Eran seis encapuchados que hicieron un agujero en la pared y entraron uno por uno al centro comercial. Se distribuyeron por zonas y armados con mazas rompieron el cristal de la joyería y la desvalijaron. Se llevaron un botín de joyas de oro y relojes valorados en casi 50.000 euros.  Sin embargo el vigilante grabó cada paso de los cacos, tras lo que comenzó una persecución con la policía que detuvo a tres de ellos. Se busca a los tres restantes que están fugados.