Los vecinos de una urbanización de Tomares denuncian una casa de citas ilegal
  • hace 5 años
Desde hace siete meses los vecinos de la urbanización Aljamar en Tomares sufren diariamente el trasiego de chicas y clientes de una casa de citas ilegal que se encuentra en un adosado de la propia urbanización. La principal afectada por esta situación es la familia de Pedro Soriano, el vecino que vive en el número 27, pared con pared con el burdel. Después de varias denuncias ante la Policía Local de Tomares, la Guardia Civil de San Juan y, la última, ante la Fiscalía de Menores el lunes decidió tomar medidas más drásticas. Su mujer y sus dos hijas, de seis y ocho años, se han trasladado a vivir a casa de familiares "provisionalmente" y de forma casi desesperada, mientras que el padre ha explicado su situación a la prensa y ha solicitado ayuda a sus vecinos. Según los afectados el ruido y las fiestas son constantes, la música y también el continuo trasiego de clientes, además de llamadas telefónicas para solicitar servicios que sus hijas, menores de edad, tienen que escuchar diariamente.La dirección del adosado, en la calle Estacada del Pino, número 25, aparece incluso en una página web de citas, en la que se promociona como una "casa privada muy discreta" y en la que se acepta la tarjeta Visa para pagar los servicios que se presten. Incluso puede consultarse cómo llegar a ella en un mapa. Aunque las chicas no hayan querido hacer declaraciones y han mostrado su malestar por la denuncia de los vecinos, basta mirara la página para comprobar que son las mismas chicas las que ofrecen sus servicios en Internet.Alrededor de 40 vecinos de la urbanización Aljamar, en Tomares, participaron ayer en una concentración para exigir a las autoridades que hagan algo para acabar con la actividad de un prostíbulo que, según denuncian, funciona desde hace ya siete meses de forma irregular en una de las casas de esta tranquila zona residencial del Aljarafe. La dirección del adosado, en la calle Estacada del Pino, aparece incluso en una página web de citas, en la que se promociona como una "casa privada muy discreta" y en la que se acepta la tarjeta Visa para pagar los servicios que se presten. Incluso puede consultarse cómo llegar a ella en un mapa. Aunque el Ayuntamiento ha mandado vigilancia policial a la zona hasta que se solucione la situación, la familia soriano ya está viviendo fuera de casa por el ruido y por temor a posibles represarías ante la denuncia. No obstante, el alcalde, según ha afirmado el principal afectado, está trabajando con "todos los elementos legales a su alcance" para resolver la situación, y espera encontrar un resquicio legal para echar a la incómodas inquilinas.
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